Primero de abril. Día en el que la mayoría de las personas normalmente pagaría su renta y otros cobros mensuales. Pero el miércoles, millones de familias amanecieron sin poder hacerlo.
Es tanta la desesperación, que algunos como Michael Arias, quien está desempleado, dicen estar considerando buscar trabajo en lo que sea durante plena pandemia.
“Ese es el riesgo que tomo. Estoy tomando un riesgo con ir a trabajar. Me puedo infectar. Uno nunca sabe”, expresó.
Algunos expertos en finanzas dicen que si alguien tiene deudas, como tarjetas de crédito, que no podrá pagar, lo más importante es que se comunique con sus acreedores para ver qué opciones tiene.
“Estamos viendo personas que están solicitando que se les reduzca las tasas de interés, que se ponga en pausa cualquier pago de hipoteca, cualquier pago mínimo mensual, y cualquier otro interés que se le esté cobrando”, aseguró el asesor financiero Joseph Leitmann-Santacruz.
Mientras tanto, el país se prepara para lo que podrían ser las dos semanas más difíciles desde que se inició el contagio masivo.
Eso, según la más reciente proyección de la Casa Blanca, que calcula que, en el mejor de los casos, unas 100,000 personas en el país morirían en los próximos meses por complicaciones causadas por el COVID-19.
El director nacional de Salud, Jerome Adams, dijo que esa cifra dependerá de que los estadounidenses permanezcan en casa y sigan practicando distanciamiento social y otras medidas recomendadas por los expertos.
Según una encuesta publicada este miércoles, 35% de los dueños de pequeños negocios en el país, dice que, debido a la crisis, podría tener que cerrar sus puertas en tres meses o menos.