GARDNERVILLE, Nevada — Una botánica acaricia suavemente el polen de flores silvestres en peligro de extinción con un pincel mientras intenta recrear la naturaleza dentro de un pequeño invernadero a la sombra de la Sierra Nevada.
Es parte de un gran experimento de una empresa minera de litio que busca ayudar a evitar que una planta del desierto extremadamente rara se extinga en una batalla que lleva años enfrentando una agenda verde contra otra: energía limpia versus biodiversidad nativa.
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La mina que quiere excavar en el desierto de Nevada, de la mano de Ioneer, con sede en Australia, cuadruplicaría la producción estadounidense de litio necesaria para acelerar la producción de vehículos eléctricos y construir las baterías necesarias para otros proyectos de electricidad limpia.
Los conservacionistas proclaman su apoyo a los líderes mundiales que están tratando de abordar el cambio climático reduciendo las emisiones globales, pero están luchando ferozmente contra la mina porque excavaría más profundo que la longitud de un campo de fútbol cerca de las únicas parcelas de tierra conocidas del mundo donde crece el trigo sarraceno de Tiehm, una planta en peligro de extinción.
Hasta ahora, la Oficina de Administración de Tierras de Estados Unidos ha respaldado la última estrategia de la empresa, que incluye la propagación y el trasplante del trigo sarraceno, como su alternativa preferida en un borrador de declaración de impacto ambiental, uno de los últimos pasos hacia la aprobación final de la mina. El plan aún debe ser revisado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre, que ha expresado su preocupación por las versiones anteriores.
Los conservacionistas sostienen que la minería erradicaría la planta de su hábitat actual y que los esfuerzos para trasplantar los especímenes cultivados en invernaderos a áreas minadas recuperadas no están probados.
Podrían pasar siglos, dicen, para saber si los investigadores han encontrado con éxito el delicado equilibrio de polinizadores, clima, condiciones del suelo y minerales para hacer que el trigo sarraceno de Tiehm propagado sea permanentemente viable en la naturaleza.
"Este último plan para la mina Rhyolite Ridge es simplemente un lavado de imagen de la extinción", dijo Patrick Donnelly, director de la Gran Cuenca del Centro para la Diversidad Biológica, sugiriendo que los partidarios están siendo engañosos sobre lo respetuoso del medio ambiente que es el plan.
“La destrucción del hábitat está garantizada, mientras que el éxito de la mitigación es, en el mejor de los casos, dudoso”, dijo, prometiendo impugnaciones legales si se aprueba la mina. Ioneer ha estado explorando el depósito mineral en Rhyolite Ridge desde 2016. El científico que da nombre a la planta, Arnold Tiehm, sugirió por primera vez en 1994 que el sitio se declarara un área botánica especial y se prohibiera la minería. Pero no fue hasta 2022 que los conservacionistas lograron con éxito su estatus de zona en peligro junto con una designación de hábitat crítico para la planta. La administración Biden ha dejado en claro con compromisos de financiación y aprobaciones de permisos para proyectos similares su intención de fortalecer la cadena de suministro de baterías del país, electrificar el sector del transporte y reducir la dependencia de los combustibles fósiles y los suministros extranjeros de materias primas. La mina produciría suficiente carbonato de litio anualmente durante sus 26 años de vida útil para fabricar 370.000 baterías de vehículos eléctricos al año. Si bien los expertos están trabajando para perfeccionar baterías alternativas que no requieran litio, se espera que la demanda del material siga siendo alta en el futuro previsible.
“Ioneer confía en nuestra capacidad de cuadruplicar el suministro de litio del país y al mismo tiempo proteger el trigo sarraceno de Tiehm”, dijo el vicepresidente de la compañía, Chad Yeftich.
Hay casi 25.000 de estas plantas en estado silvestre en tierras federales cerca del sitio de la mina, a lo largo de la frontera de Nevada con California. Fueron descubiertas recién a mediados de la década de 1980 y se parecen a un diente de león escuálido durante las pocas semanas del año en que florecen.
Al sur de Carson City, la botánica de Ioneer, Florencia Peredo Ovalle, cuida unos 350 especímenes en macetas en un invernadero que carece de abejas, escarabajos y otras criaturas que normalmente polinizan el trigo sarraceno en la naturaleza.
“Como se trata de un área cerrada, uso el cepillo para polinizar las flores… para mover el polen de las partes masculinas a las femeninas”, dijo Ovalle a The Associated Press durante una visita reciente al invernadero.
Los delicados sistemas de raíces hacen que la propagación de las plantas sea un desafío. Un estudio anterior produjo resultados decepcionantes. Pero los funcionarios de la empresa dicen que han avanzado y que sus esfuerzos podrían representar la mejor manera de garantizar la supervivencia a largo plazo del trigo sarraceno, que según ellos era precaria incluso antes de los planes de la mina.
A diferencia de la mayoría de las operaciones mineras, Ioneer planea rellenar secciones del terreno y restaurar el hábitat a medida que la minería avanza lateralmente a lo largo de lo que dice es una veta de litio inusualmente horizontal.
"Mientras excavas otras áreas, puedes usar el material o el material de desecho que estás excavando para rellenar el pozo", creando lugares para cultivar el trigo sarraceno, dijo el director ejecutivo de Ioneer, Bernard Rowe, durante una entrevista reciente.
Rowe sostiene que si no fuera por el dinero que están invirtiendo en el plan de propagación y mitigación, la planta no sobreviviría.
“Lo único que nos quedó fue lo único que no podemos mover, que es el depósito en sí”, dijo.
