Tijuana

Deportado vive sobre un árbol junto a hospital en Tijuana

Migrante de Michoacán deportado hace 24 años hizo un hogar a la intemperie

Telemundo

Se dedica a vigilar estacionamiento hospitalario

TIJUANA- Muchos migrantes que buscan el sueño americano, terminan deportados en una ciudad desconocida y buscan, a su manera, hacerle frente a su realidad a pesar de las carencias que enfrentan como es el caso de Javier Rentería. 

A simple vista lo que es un árbol frondoso junto al Hospital General de Tijuana alberga en su follaje el hogar de Rentería, a quien conocen como "el negro" y es un migrante de Michoacán que fue deportado de Estados Unidos hace 24 años.

“Es difícil perder todo de la noche a la mañana y tener que comenzar pero no queda de otra”, comentó Rentería a TELEMUNDO 20, que tras quedarse sin familia halló en la frontera un nuevo comienzo.

Hace más de dos décadas él trabajaba en la industria de construcción y su último proyecto fue justamente en el Hospital General. Después de eso, dejó la “talacha”, como él le dice y comenzó a cuidar los carros estacionados en la avenida lateral.

En ese entonces rentaba un pequeño cuarto lejos de su sitio de trabajo, hasta que tuvo una idea: “Y qué tal si me quedo aquí... acomodé una tabla, ahí me dormí, arre! Aquí me quedo y empecé a hacer la camita, ahí está por años”.

Ya han transcurrido 12 años desde que “el negro”, se mudó al árbol. Los estacionamientos públicos le permiten acceder al baño. Y por más de una década se ha ganado su confianza.

Además ha sorteado las inclemencias del tiempo y en esta pandemia, aunque tiene temor de un contagio al estar a un lado del hospital, recurre al buen humor que lo caracteriza.

“Si me va a pegar esa cosa me va a pegar aquí o allá, donde esté,  y pues para qué caminar tanto, mejor aquí aquí cerquita ya tengo, nomás brincó el cerco y ‘quihúboles qué’, tengo Covid y a ver atiéndeme, no?”, dijo el migrante entre risas.

Él se mantiene con la cooperación que recibe por cuidar y lavar los autos de los médicos y personal del hospital.

“Y pues ellos me conocen y saben llegan con confianza deja en el carro ya salga yo y ahora del doctor ‘fulano’ y así me la llevo”, comentó.

Además ha colocado plantas en el entorno y busca mantener limpio el pasaje, e incluso a sus 62 años decidió darle espacio al amor y recientemente aceptó la compañía de una mujer.

Siempre con su mascarilla y el gel al pie de su casa para protegerse en estos tiempos, a pesar de las carencias mantiene su fe y aseguró que mientras Dios le de vida y salud, nada le falta. 

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