MÉXICO - Con todo el dolor de su corazón, Ulises Valdez se quitó la barba, porque fue uno de los requisitos que las autoridades pidieron a las más de 18,000 empresas que se registraron para reiniciar sus actividades.
"Evitar el uso de joyería, barbas, bigotes donde se acumule el virus", detalla Valdez.
Según el plan de reactivación, las industrias tendrán que garantizar la sanidad en sus instalaciones, además de apegarse a horarios especiales y números específicos de trabajadores para evitar contagios.
De acuerdo con el programa oficial, los demás sectores comerciales, económicos y sociales del país deberán esperar a que el semáforo de riesgos indique que ya pueden ingresar a la "nueva normalidad".
Por lo menos siete gobernadores aseguraron que no se apegarán a este programa, ya que el mapa de riesgos, excepto en Zacatecas, está en todo el país en alerta máxima.
En medio de las críticas, el presidente inició una gira de trabajo en Quintana Roo; viajó por carretera, no se acercó, ni saludó de mano a nadie y, sin usar cubrebocas ni otra protección, llamó a los mexicanos a regresar poco a poco a la normalidad.
"Si no lo hacemos con disciplina y esto produce contagios y presenta rebrotes, entonces vamos a cerrar de nuevo", afirmó Andrés Manuel López Obrador.
Las autoridades de Salud llamaron a la población a no pensar que este es el fin de la pandemia, ya que desde el fin de semana miles de personas comenzaron a llenar las calles y lugares públicos como si nada pasara.
"Lo enfatizo, porque es imprescindible que la sociedad sepa que el peligro persiste", subrayó el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
Porque hasta ahora la curva de contagios no ha podido aplanarse y el pico de la pandemia aún persigue a esta nación.