MÉXICO - La emergencia por la pandemia del COVID-19 contagió no solo la fluidez en el tráfico aeroporturio, donde se registran tumultos, sino también las relaciones diplomáticas entre México y El Salvador.
La discusión comenzó en Twitter, donde el presidente salvadoreño llamó “irresponsables” a las autoridades mexicanas, por permitir que 12 supuestos infectados, abordaran un avión con destino al país centroamericano.
El canciller mexicano Marcelo Ebrard contestó y pidió a Nayib Bukele confirmar su información, ya que todos los pasajeros en ese vuelo procedente de Chicago staban completamente sanos.
Y este martes, el presidente Andrés Manuel López obrador pidió no polemizar en estos momentos.
"No vamos a actuar, confrontándonos con nadie”, dijo el mandatario.
Pero en la misma conferencia con medios, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, fue claro y contundente: "esto no va a ser una epidemia corta".
De acuerdo con el funcionario, lo que ahora se vive en México es apenas el inicio porque la crisis del COVID-19 y podría extenderse hasta por 12 semanas.
"Ese sería el escenario mínimo de duración que esperamos en México; sin embargo, en la medida que cada país tiene distintas características, podría extenderse más, podría haber pequeños repuntes secundarios", alertó.
Mientras, las medidas de prevención aquí continúan fortaleciéndose: las iglesias cancelan algunas misas, los eventos masivos no se llevarán a cabo y algunas empresas optaron por trabajar desde casa.
"Mantengamos la calma, la calma no quiere decir desatendamos las circunstancias", explicó López-Gatell.
Por lo pronto, el gobierno mexicano ya hizo cuentas, y anunció que el virus le costará al menos $175 millones.