MÉXICO - Los corazones de los pequeños que están por nacer laten en medio de la pandemía. Junto a ellos, las parteras trabajan más que nunca porque ante la amenaza del COVID-19 sus servicios son cada vez más solicitados.
"Por lo general les damos seguimiento y ahorita ya las mamás están en la semana 36-37, muy cercanas a tener a su bebé, por eso hacemos una evaluación muy rápida", comenta Guadalupe Becerra, una de las parteras que operan en Tijuana.
Becerra es una de las mujeres que desde hace poco más de dos años, a través de la organización “Justicia en salud” han atendido a las migrantes embarazadas en Tijuana, pero dice que desde que inició la emergencia sanitaria, a sus pacientes se han sumado muchas otras mujeres preocupadas por el nacimiento de sus hijos.
"También incluso tijuanenses vienen, hay familias que dicen yo quiero otra opción de nacimiento porque no quiero ir al hospital por la contingencia", dice Becerra.
Por ese temor, las futuras madres piden tener partos en sus casas o en las instalaciones en las que a través de la medicina ancestral traen a los niños al mundo.
Lejos de los hospitales, la ONG que realiza esta labor en la frontera norte de México reveló que hasta hace dos meses atendían un parto cada semana y actualmente traen al mundo de cuatro a seis bebés en el mismo periodo.
“En los hospitales no está uno seguro", asegura María Fernanda, quien recientemente dio a luz en México con ayuda de una partera.
Ella llegó México en enero en la caravana migrante, ya venía embarazada, así que su única opción era ir a un hospital público, pero no lo hizo por miedo a un contagio.
"Me sentí más segura con ellas, pues también mire ahí, estaba bien limpio y por todo el virus y todo", dice María Fernanda.
La pequeña Irma Virginia ya está en su casa sana y salva al igual que decenas de bebés que han nacido durante la contingencia a través de este método; y las parteras de Tijuana se dicen listas para seguir dando paso a la vida a través de su oficio.