JAPÓN - La gente en una ciudad del suroeste de Japón ha sido atacada por monos que intentan arrebatar a los bebés, morder y arañar la piel y colarse en las guarderías.
Los ataques, contra 58 personas desde el 8 de julio, se están volviendo tan graves que el ayuntamiento de Yamaguchi contrató una unidad especial para cazar a los animales con pistolas tranquilizantes.
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Los monos no están interesados en la comida, por lo que las trampas no han funcionado. Se han dirigido principalmente a niños y a ancianos.
“Son muy inteligentes y tienden a acercarse sigilosamente y atacar por la espalda, a menudo agarrándote las piernas”, dijo el miércoles el funcionario de la ciudad Masato Saito.
Cuando se enfrenta a un mono, las instrucciones son: no lo mire a los ojos, hágase ver lo más grande posible, como abriendo su abrigo, luego retroceda lo más silenciosamente posible sin hacer movimientos bruscos, según Saito.
Una mujer fue asaltada por un mono mientras colgaba la ropa en su terraza. Otra víctima mostró los dedos de los pies vendados. Se sorprendieron y asustaron por lo grandes y gordos que eran los monos.
Los monos que aterrorizan a la comunidad son macacos japoneses, del tipo que a menudo se presenta bañándose pacíficamente en aguas termales.
Un mono macho, que medía 1.6 pies de altura y pesaba 15 libras, fue capturado el martes por el equipo con la pistola tranquilizante. Según diversas pruebas, se consideró que era uno de los monos atacantes y se le dio muerte.
Pero se reportaron más ataques después de la captura.
Nadie ha resultado gravemente herido hasta el momento. Pero a todos se les ha aconsejado que reciban tratamiento hospitalario. En algunos casos se llamaron ambulancias.
Aunque Japón es un país industrializado y urbano, una buena parte de la tierra del archipiélago son montañas y bosques. Se han producido ataques raros a personas por parte de osos, jabalíes u otros animales salvajes, pero generalmente no por parte de monos.
Nadie parece saber por qué ocurrieron los ataques, y aún no está claro de dónde vino exactamente la manada de monos.
“Nunca había visto algo así en toda mi vida”, dijo Saito.